Estos días de final de verano, cosechamos los frutos de la huerta antes de que empiecen a bajar las temperaturas ,sobretodo en las noches.
Nos preparamos para almacenar y conservar lo que la tierra nos ha dado para pasar el invierno.
Cuando estás fuera de la ciudad los ciclos de la naturaleza se hacen más evidentes. Aquí no hay miles de farolas, y eso nos permite apreciar los cambios en los amaneceres y anocheceres con el transcurso de los días.
Vuelos migratorios de cientos de pájaros hacia lugares más cálidos transformarán un sinfín de melodías en el más absoluto silencio invernal, poniendo rumbo a lugares más cálidos, desapareciendo a medida que entra la nueva estación y despidiéndose hasta la próxima primavera.
El cambio de follaje de los árboles dejará atrás su intenso verde, y poco a poco se vestirá de amarillento y marrón, precediendo a su desnudo y letargo, que conservará su esencia viva en las raíces. La paleta de colores de los montes y bosques cambia pintando el paisaje con nuevos tonos.
En el comienzo de Otoño las noches se llenan de sonidos guturales de los ciervos llamando a las hembras, es tiempo de berrea y es impresionante poder escucharlos, en ocasiones hasta el amanecer, todo un canto a la vida.
Todos estos pequeños cambios se van sucediendo estación tras estación delante de nuestros ojos, y haciéndolos evidentes nos sintonizamos con la naturaleza y sus ciclos.
Mientras emboto los tomates, y preparo calabacines y pimientos pienso en las celebraciones que se realizaban en la rueda del año, y su relación con las cosechas, la reunión de las mujeres para realizar estas labores, sus cantos de agradecimiento y el sentido de comunidad y sacralidad de la tierra, que es poveedora y sustentadora.
Cuanto ha cambiado…
Me imagino a las mujeres de mi familia juntas frente al hogar, la hermana de mi abuela tocando el pandero y entre todas preparando el sustento para ser almacenado como hacían año tras año, cierro los ojos y las puedo ver, oler el aceite, las verduras, las carnes adobadas con el pimentón de la tierra…