Cuando me arrodillo en la huerta frente a ellas para limpiarles las hojas secas y mis manos las rozan, enseguida noto como su fresco aroma me envuelve.
Bella y brillante Melissa de hojas suaves y firmes, de olor cítirico, alimonado y alegre, siempre consigue hacerme sonreir cuando me acerco a ella.
Hace unos dias andaba pesarosa e inquieta, con muchas emociones comprimidas en mi interior por sucesos externos que intentaba digerir. Mientras aclaraba la tierra iba pensando y notando cada vez más presión en mi pecho.
Acabé de acicalar a las sanadoras salvias y me acerqué a las Melissas, y allí me quedé un rato respirando, retomando la calma.
-Con mi frescura ayudaré a calmar ese fuego interno que quema, a apaciguar las emociones de tu corazón- me susurró la hermosa Melissa.
Y como no sonreir cuando despliegan todo su hermoso potencial y vida y te abrazan rodeándote con todo ese amor?
Ellas nos ofrecen su medicina, cada una con sus peculiaridades y singularidades,con su personalidad y vibración.
Con su alma y energía tocan nuestras almas en una caricia que sana cuerpo y emociones.
Si aquietas tu mente seguro las podrás escuchar.